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Opinion

Opinion: Tributos sin fin

B-1. Subida de impuesto
No ha terminado el país de entender y acomodarse a la reforma tributaria del 2012 cuando el gobierno está preparando otra que persigue como las anteriores tapar el enorme hueco fiscal que crece como una bola de nieve a pesar de los nuevos y continuos gravámenes que recaen sobre los colombianos de la clase media y los sectores empresariales nacionales; nuevamente se prolongan tributos anunciados en el pasado como transitorios, como el 4X1000 o se aumentan como el CREE, sin tocar las gabelas otorgadas a las transnacionales por la “confianza inversionista” como la reducción de la tasa a la renta.

El faltante estimado de 12,5 billones de pesos para financiar el presupuesto es el pretexto para presentar un proyecto de ley que aumenta los costos de las alicaídas empresas nacionales avasalladas por la desleal competencia extranjera que penetra nuestro mercado gracias a los tratados de libre comercio, en el 2011 antes de la entrada en vigencia del tratado con Estados Unidos a pesar del impacto negativo de la apertura Gavirista se recaudaron 3.6 billones en aranceles, en el 2013 la cifra ya se reducía a poco menos de 3 billones y la tendencia crece a medida que la balanza se inclina a favor de las importaciones mientras que el crecimiento de las exportaciones se mantiene estancado.

Los anuncios de la provisionalidad de un tributo son el preámbulo de la aparición de otro nuevo que también se presenta como temporal, tal como acontece con el impuesto al patrimonio que ahora denominan de la riqueza, expresiones cosméticas que procuran adornar la naturaleza alcabalera del gobierno para con los ciudadanos de la calle.

A medida que continúe destruyéndose la producción industrial y agrícola el crecimiento de las fuentes internas de recursos por la vía de impuestos indirectos tipo IVA tenderán a congelarse por la disminución de la capacidad de compra y la contracción del mercado interno, de manera paralela los ingresos por concepto de exportaciones de materias primas caerán por la baja en la demanda y el descenso de los precios como consecuencia de la prolongada recesión de las naciones desarrolladas y el paulatino enfriamiento de las economías emergentes, al momento de coincidir estos factores la crisis que sobrevendrá podría asimilarse a un Tsunami social de impredecibles consecuencias, tal parece que quienes nos gobiernan creen que la paciencia de los colombianos es infinita y confunden su tolerancia con el candor con que se suele reconocer a los opitas.

Escrito por: LIBARDO GOMEZ SANCHEZ

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