Con la probable confirmación de la existencia de una partícula subatómica que resolvería incógnitas sobre la forma en que tuvo origen la masa de todas las materias existentes, se abren nuevas perspectivas en la comprensión sobre las leyes de la naturaleza y por supuesto una nueva revolución científica técnica que facilitaría a la humanidad armonizar la eterna contradicción entre la explotación de los recursos del medio y la solución de las necesidades básicas de los seres humanos.
Por supuesto que no basta con encontrar la alternativa técnica a este conflicto, principalmente debe asumirse un modelo económico y social que sea compatible con el propósito de eliminar las abismales diferencias que someten hoy a millones a condiciones aberrantes de subsistencia y a unos pocos a concentrar en sus manos la mayor parte de la riqueza generada por el trabajo de los demás.
Así como en las ciencias naturales se avizoran profundas transformaciones, la arquitectura económica del planeta concurre a sucesos que hacen prever fuertes sacudones, en ese camino es clave la comprensión que empieza a tenerse sobre el nefasto papel que las entidades financieras cumplen como parásitos que se apropian del patrimonio y los ingresos de los pueblos a través de la sustitución de la banca estatal como emisor primario, de tal manera que las naciones terminan adquiriendo obligaciones a nombre de la sociedad con la banca privada que emplea recursos públicos para su fondeo y los cuales le sirven de palanca para especular y apropiarse progresivamente de los negocios que prosperan gracias a las concesiones que el gobierno bajo su control privilegia. Para graficar esta afirmación viene como anillo al dedo la decisión del gobierno de entregarle exclusivamente el manejo de los billonarios recursos del programa de vivienda a la Fiduciaria de Sarmiento Angulo grupo favorecido en todas las decisiones gubernamentales, amen de lo que ocurre en salud, minería, compras estatales, obras públicas, movilidad y otros negocios.
En Colombia la rapiña por el poder entre distintas bandas en las que se ha organizado la oligarquía vende patria parece agudizar sus diferencias, en razón a que el reparto de los grandes negocios del Estado favorece a unos y excluye a otros, estas diferencias no pueden confundir a las mayorías desprotegidas sobre el carácter antinacional de sus políticas que ya comienzan a surtir efectos devastadores en la industria y el agro evidentes en la crisis cafetera y cacaotera, próximamente otras sobrevendrán.
LIBARDO GOMEZ SANCHEZ
Columnista
